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jueves, 12 de diciembre de 2024

 

LA MUERTE EN LA LÍRICA DE PABLO MILANÉS: UN VIAJE EXISTENCIAL ENTRE EL RECUERDO Y LA TRASCENDENCIA

Dr. José Flete


Dr. José Flete
Uno de los intérpretes de la trova cubana que goza de popularidad y admiración es Pablo Milanés. Su lírica ha llenado diferentes épocas con canciones que exploran desde temas de contenido social e histórico, como en A Salvador Allende en su combate por la vida, hasta canciones tan íntimas cuya decencia logra disimular propuestas más prosaicas y libidinosas, como se observa en El breve espacio en que no estás.

La lírica de Milanés es rica en metáforas que, una vez escuchadas, atrapan al oyente, haciéndole experimentar en carne propia la narrativa de cada canción. La destreza constructiva de su arte convierte su narrativa en una pieza artística que trasciende aspectos cotidianos, sublimando los elementos más simples de la vida del sujeto, tanto en sus dimensiones individuales como colectivas.

Sin embargo, el tema de la muerte no está ausente en sus composiciones. En La vida no vale nada, la muerte es vista como consecuencia de la traición; una traición que, según su lírica, no debería suceder más que en el tiempo reglamentario señalado por la sentencia divina: “todo debe morir”. Pero cuando la muerte ocurre a destiempo, parece ser producto de la otredad.

Otra connotación de la muerte en la obra de Milanés es su función como catalizadora de la trascendencia del héroe. Como en la primera canción citada, el héroe, a través del martirio, ofrenda su vida por la patria, logrando trascender en el tiempo y el espacio.

Pablo Milanés

Por otro lado, hay una canción donde Milanés aborda una muerte cósmica, una que afecta a todo lo existente y que el individuo solo percibe al acercarse al final de su vida. Este concepto dialoga con el poema En paz de Amado Nervo, donde la muerte se presenta como un balance final. Este momento es descrito como el más serio de la vida humana, un análisis que puede parecer absurdo, pues evalúa tanto acciones como objetos, que, aunque esenciales para la existencia, inevitablemente perecen debido a la brevedad de la vida.

Así lo presenta Milanés en Cuánto gané, cuánto perdí. Aquí se aprecia la etapa final del individuo, quien, próximo a su muerte, experimenta el vacío circundante. No le atormenta tanto la ausencia de lo que ha perdido, sino el no haber percibido plenamente aquello que tuvo y amó. Después de un breve preludio musical, la canción introduce estas preguntas existenciales:

“¿Dónde estarán los amigos de ayer,
la novia fiel que siempre dije amar?
¿Dónde andarán mi casa y su lugar,
mi carro de jugar, mi calle de correr?
¿Dónde andarán la prima que me amó
el rincón que escondió mis secretos de ayer?”

Al final de la vida, todo ser humano extraña lo que una vez formó parte de su cotidianidad: los amigos, los amores platónicos y las pequeñas cosas que, en su momento, pasaron desapercibidas, pero que ahora revelan su verdadero valor. Es un balance existencial que recuerda a los versos de Nervo:

“Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”

Sin embargo, Milanés presenta su balance en forma de pregunta retórica, como un monólogo introspectivo:

“¿Cuánto gané, cuánto perdí?
¿Cuánto de niño pedí?
¿Cuánto de grande logré?
¿Qué es lo que me ha hecho feliz?
¿Qué cosa me ha de doler?”


El trovador concluye que la vida es un constante ganar y perder, un sumar y restar. Las pérdidas son las más dolorosas porque aquello que se pierde suele ser lo más amado, lo que llena de felicidad. Milanés enfatiza la importancia de la infancia, un período de imaginación y felicidad, en contraste con la adultez, que pierde estas cualidades entre las exigencias laborales, como señala también Alberto Cortez en La bicicleta luz. Por ello, Milanés regresa con nostalgia a la infancia:

“Si era vivir la infancia
con el ansia de todo saber,
pues el saberlo todo y con nostalgia
ver lo que se fue”.

Aunque la infancia desaparece físicamente, permanece en la memoria del sujeto, actuando como un baúl de recuerdos que endulzan los momentos más amargos de la vida. Como Milanés afirma:

“¿Dónde estarán? ¡A un lado de mi piel!
Los guardo bien y a veces brotarán
y endulzarán un brusco acontecer
llenándome de miel que muchos libarán”.

En el epílogo de su reflexión, Milanés reconoce que, aunque esos recuerdos son del pasado, siguen siendo útiles y necesarios para enfrentar el final de sus días. Como Joan Manuel Serrat describe en Aquellas pequeñas cosas, son elementos simples que sobreviven al tiempo y hacen llorar. Sin embargo, Milanés concluye que su vida no fue en vano, pues la muerte cósmica no destruyó su mundo primigenio; permanece en su memoria como parte del balance de su vida:

“Me lanzarán al viento
y a mi tiempo me retornarán.
Vendré feliz y fresco,
para siempre sé dónde estarán”.

En el marco de la filosofía existencial, esta canción dialoga con autores como Heidegger, quien considera la confrontación con la muerte como un motor esencial para vivir auténticamente (Heidegger, 2006). Asimismo, resuena con Unamuno, quien reflexiona sobre la tensión entre la aceptación de la finitud y el anhelo de trascendencia (Unamuno, 1996).

Cuánto gané, cuánto perdí no es solo una pieza musical, sino también una meditación filosófica sobre la vida y la muerte. Es un recordatorio de que, al final, lo importante no es únicamente el balance entre lo ganado y lo perdido, sino la riqueza de haber vivido plenamente.


Referencias

Cortez, A. (1980). La bicicleta luz. [Canción]. En Castillos en el aire [Álbum]. Hispavox.

Heidegger, M. (2006). Ser y tiempo (J. E. Rivera, Trad.). Trotta.

Milanés, P. (1975). A Salvador Allende en su combate por la vida. [Canción]. En Cuba va [Álbum]. EGREM.

Milanés, P. (1976). El breve espacio en que no estás. [Canción]. En El breve espacio en que no estás [Álbum]. EGREM.

Milanés, P. (1976). La vida no vale nada. [Canción]. En La vida no vale nada [Álbum]. EGREM.

Milanés, P. (1984). Cuánto gané, cuánto perdí. [Canción]. En Querido Pablo [Álbum]. EGREM.

Nervo, A. (1912). En paz. En La amada inmóvil.

Serrat, J. M. (1971). Aquellas pequeñas cosas. [Canción]. En Mediterráneo [Álbum]. Zafiro/Novola.

Unamuno, M. (1996). Del sentimiento trágico de la vida. Cátedra. (Obra original publicada en 1912)


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