LA MUERTE EN LA LÍRICA DE PABLO MILANÉS: UN VIAJE EXISTENCIAL ENTRE EL RECUERDO Y LA TRASCENDENCIA
Dr. José Flete
Uno de los intérpretes de
la trova cubana que goza de popularidad y admiración es Pablo Milanés. Su
lírica ha llenado diferentes épocas con canciones que exploran desde temas de
contenido social e histórico, como en A Salvador Allende en su combate por
la vida, hasta canciones tan íntimas cuya decencia logra disimular
propuestas más prosaicas y libidinosas, como se observa en El breve espacio
en que no estás.
Dr. José Flete
La lírica de Milanés es
rica en metáforas que, una vez escuchadas, atrapan al oyente, haciéndole
experimentar en carne propia la narrativa de cada canción. La destreza
constructiva de su arte convierte su narrativa en una pieza artística que
trasciende aspectos cotidianos, sublimando los elementos más simples de la vida
del sujeto, tanto en sus dimensiones individuales como colectivas.
Sin embargo, el tema de
la muerte no está ausente en sus composiciones. En La vida no vale nada,
la muerte es vista como consecuencia de la traición; una traición que, según su
lírica, no debería suceder más que en el tiempo reglamentario señalado por la
sentencia divina: “todo debe morir”. Pero cuando la muerte ocurre a destiempo,
parece ser producto de la otredad.
Otra connotación de la
muerte en la obra de Milanés es su función como catalizadora de la
trascendencia del héroe. Como en la primera canción citada, el héroe, a través
del martirio, ofrenda su vida por la patria, logrando trascender en el tiempo y
el espacio.
| Pablo Milanés |
Por otro lado, hay una
canción donde Milanés aborda una muerte cósmica, una que afecta a todo lo
existente y que el individuo solo percibe al acercarse al final de su vida.
Este concepto dialoga con el poema En paz de Amado Nervo, donde la
muerte se presenta como un balance final. Este momento es descrito como el más
serio de la vida humana, un análisis que puede parecer absurdo, pues evalúa
tanto acciones como objetos, que, aunque esenciales para la existencia, inevitablemente
perecen debido a la brevedad de la vida.
Así lo presenta Milanés
en Cuánto gané, cuánto perdí. Aquí se aprecia la etapa final del
individuo, quien, próximo a su muerte, experimenta el vacío circundante. No le
atormenta tanto la ausencia de lo que ha perdido, sino el no haber percibido
plenamente aquello que tuvo y amó. Después de un breve preludio musical, la
canción introduce estas preguntas existenciales:
“¿Dónde estarán los
amigos de ayer,
la novia fiel que siempre dije amar?
¿Dónde andarán mi casa y su lugar,
mi carro de jugar, mi calle de correr?
¿Dónde andarán la prima que me amó
el rincón que escondió mis secretos de ayer?”
Al final de la vida, todo
ser humano extraña lo que una vez formó parte de su cotidianidad: los amigos,
los amores platónicos y las pequeñas cosas que, en su momento, pasaron
desapercibidas, pero que ahora revelan su verdadero valor. Es un balance existencial
que recuerda a los versos de Nervo:
“Amé, fui amado, el sol
acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”
Sin embargo, Milanés
presenta su balance en forma de pregunta retórica, como un monólogo
introspectivo:
“¿Cuánto gané, cuánto
perdí?
¿Cuánto de niño pedí?
¿Cuánto de grande logré?
¿Qué es lo que me ha hecho feliz?
¿Qué cosa me ha de doler?”
El trovador concluye que
la vida es un constante ganar y perder, un sumar y restar. Las pérdidas son las
más dolorosas porque aquello que se pierde suele ser lo más amado, lo que llena
de felicidad. Milanés enfatiza la importancia de la infancia, un período de
imaginación y felicidad, en contraste con la adultez, que pierde estas
cualidades entre las exigencias laborales, como señala también Alberto Cortez
en La bicicleta luz. Por ello, Milanés regresa con nostalgia a la
infancia:
“Si era vivir la infancia
con el ansia de todo saber,
pues el saberlo todo y con nostalgia
ver lo que se fue”.
Aunque la infancia
desaparece físicamente, permanece en la memoria del sujeto, actuando como un
baúl de recuerdos que endulzan los momentos más amargos de la vida. Como
Milanés afirma:
“¿Dónde estarán? ¡A un
lado de mi piel!
Los guardo bien y a veces brotarán
y endulzarán un brusco acontecer
llenándome de miel que muchos libarán”.
En el epílogo de su
reflexión, Milanés reconoce que, aunque esos recuerdos son del pasado, siguen
siendo útiles y necesarios para enfrentar el final de sus días. Como Joan
Manuel Serrat describe en Aquellas pequeñas cosas, son elementos simples
que sobreviven al tiempo y hacen llorar. Sin embargo, Milanés concluye que su
vida no fue en vano, pues la muerte cósmica no destruyó su mundo primigenio;
permanece en su memoria como parte del balance de su vida:
“Me lanzarán al viento
y a mi tiempo me retornarán.
Vendré feliz y fresco,
para siempre sé dónde estarán”.
En el marco de la
filosofía existencial, esta canción dialoga con autores como Heidegger, quien
considera la confrontación con la muerte como un motor esencial para vivir
auténticamente (Heidegger, 2006). Asimismo, resuena con Unamuno, quien
reflexiona sobre la tensión entre la aceptación de la finitud y el anhelo de
trascendencia (Unamuno, 1996).
Cuánto gané, cuánto perdí
no es solo una pieza musical, sino también una meditación filosófica sobre la
vida y la muerte. Es un recordatorio de que, al final, lo importante no es
únicamente el balance entre lo ganado y lo perdido, sino la riqueza de haber
vivido plenamente.
Cortez, A. (1980). La bicicleta luz. [Canción]. En Castillos
en el aire [Álbum]. Hispavox.
Heidegger, M. (2006). Ser y tiempo (J. E.
Rivera, Trad.). Trotta.
Milanés, P. (1975). A Salvador Allende en su
combate por la vida. [Canción]. En Cuba va [Álbum]. EGREM.
Milanés, P. (1976). El breve espacio en que no
estás. [Canción]. En El breve espacio en que no estás [Álbum].
EGREM.
Milanés, P. (1976). La vida no vale nada.
[Canción]. En La vida no vale nada [Álbum]. EGREM.
Milanés, P. (1984). Cuánto gané, cuánto perdí.
[Canción]. En Querido Pablo [Álbum]. EGREM.
Nervo, A. (1912). En paz. En La amada
inmóvil.
Serrat, J. M. (1971). Aquellas pequeñas cosas.
[Canción]. En Mediterráneo [Álbum]. Zafiro/Novola.
Unamuno, M. (1996). Del sentimiento trágico de la
vida. Cátedra. (Obra original publicada en 1912)
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