Los males
sociales son aquellos problemas que afectan al individuo en su propio contexto
social. Desde que su conciencia se abre a la sociedad, el individuo no sólo los
advierte, sino que se adapta a ellos reconociendo a la vez su aspecto nocivo cuyo
paso siguiente es la necesidad de superarlos en pro de su bienestar.
Como ente
social el ser humano tiene que enfrentarse a diario con una serie de
vicisitudes si es que quiere sobreponerse a los problemas que le asisten en su
día a día. Pero, sin embargo, si bien esos problemas le hacen miserable,
también es muy cierto que los mismos le dan sentido a su vida; son estos los
que, ya ocurridos, le chocan con su triste realidad convenciéndole de que, después
de haber llegado al fondo, no hay más dirección que la superficie, esto es,
salir a camino.
Esta
situación queda perfectamente plasmada en la canción Wawawá; la misma
pertenece al género conocido como dembow; es interpretada por dos artistas
del género urbano conocidos como El Mayor Clásico y Rochy-RD.
En ella,
los intérpretes presentan una situación muy particular que coincide con lo
anteriormente expuesto: el problema socioeconómico reflejado en una pobreza
extrema caracterizada por la carencia de las cosas para cualquier persona. Con
la caracterización de su jerga soez, exponen el antes y después de su situación
económica resaltando el salto cuantitativo en sus vidas teniendo como referente
resulta eso que ellos llaman “tranza”.
La
“tranza” permite liberarse de la ignominia económica; solamente ésta permite el
salto cuantitativo desde la miseria a una vida holgada, llena de privilegios y
caprichos a cumplir. Gracias a esta nueva condición se puede disfrutar de una
serie de cosas que, gracias a la miseria, era imposible de lograr. La condición
de “ranita” (término equivalente a otros términos dominicanos como “salta-patrá”,
“muerto de hambre” y jodío”) impide que el disfrute de aquellas cosas que el
capricho exige, además de mantener al individuo relegado al olvido, porque sólo
quienes son presa de la miseria forman parte de una del anonimato.
Antes era
la vida de los suburbios, el medrar en las entrañas mismas del barrio, donde la
miseria protagoniza el drama humano acentuado por la marginalidad. Pero, ahora,
después de la “tranza”, la vida es diferente, ya no se ranea; ahora se posee un
estilo de vida holgado que se mueve sobre las ruedas de una carrocería lujosa,
habita en privilegiadas urbanizaciones y libre del anonimato pues es un sujeto
notorio a las personas influyentes quienes le solicitan para algún tipo de
favor; antes solicitaban atención, ahora se arroga el capricho de despreciar y
acoger a quien le parezca.
En la
canción aparecen otros términos que, como el título mismo, la caracterizan. Es
cierto que estos suelen ser un tanto prosaicos, sin embargo, presentan el
concepto total de lo que representa la carencia económica y las terribles
consecuencias que se desprenden de ésta. Es ahí donde el término “ranear” se
priva de su sentido estricto para aludir a una condición de pobreza extrema con
todos sus componentes.
Por otra
parte, están “chancletita”, “franelita” que aluden a la condición de pobreza de
los que padecen necesidades. En la canción son empleados como símbolos de una la
condición socioeconómica de quienes de quienes pululan en los barrios marginados
donde la pobreza es notoria desde los privilegiados residenciales y edificios capitalinos.
Muchos
han errado con el término “wawawá” al concentrase en los términos prosaicos que
resaltan en la canción; sin la menor intención de justificación, lógicamente es
normal que abunden puesto que la jerga de los intérpretes proviene un contexto
en el que difícilmente no se cometa algún exabrupto soez.
Una vez
escuchada la canción y analizado detenidamente su contenido, lo que se intuye
por simple deducción es que el “wawawá” es aquella persona procedente de bajos estratos,
caracterizada por la extrema carencia de lo básico y que, sin embargo, ha podido
ha podido salir de la condición socioeconómica en que se encontraba. Pero es
menester destacar que esa vía de superación puede ser legal, o sea, por el
talento y/o esfuerzo personal, o simplemente mediante una serie de procesos
turbios.
Iniciando
el vídeo oficial de la canción, a manera de introducción o preámbulo, aparece
uno de los intérpretes, El Mayor Clásico quien sostiene una conversación vía
telefónica con Rochy-RD que está del otro lado de la línea. El saludo entre
ambos es con la palabra “Wawawá”. Entre sí se motean con el término, como si
fuera un título de honor; pero es al final de la entrega artística que esto se
entiende, es como si se calificaran de “luchador”, “fajador” o, algo mas actualizado,
“emprendedor”.
Puede ser
un error calificar la canción de carente de sentido. En ella hay todo un
discurso que apunta hacia una propuesta de doble vía para salir de la mísera
condición en la que se encuentra el individuo. La pieza musical está cargada de
elementos culturales que, aún por sus términos soeces, distinguen ciertos
grupos sociales que medran en la sociedad teniendo representación a través de
una serie de esos denominados “cantantes urbanos” que progresivamente se están
convirtiendo en íconos de las nuevas generaciones que vienen sustituyendo a la
actual.
Los
intérpretes de este nuevo género musical resultan voceros de un malestar que,
aunque parezca absurdo, inquieta a las nuevas generaciones que vienen
creciendo. Quizás no se preocupen por temas fundamentales, como las
generaciones anteriores; pero dentro de su haber, debido a su sesgo
individualista alimentado por esta sociedad, está la inquietud que les genera
la miseria en la que están sumergidos, preocupación que nace ante la
imposibilidad de gastarse algunos que otros caprichos perentorios.
Pero el momento en que la canción cobra un
sentido más específico es cuando se observa el vídeo que, por cierto, es muy
descriptivo. El mismo quita la posibilidad a la imaginación pues cada frase,
cada palabra y cada entonación, van acompañadas de las imágenes que grafican
muy bien lo que allí se dice. Nada hay que interpretar, sino solamente
comprender lo que los “exponentes de género” dicen con toda naturalidad y sin
eufemismos.
Por José E.
Flete Morillo.-
2 comentarios:
Es muy buena la observación en torno a la música y junto al video, es cierto eso de que carece de sentido, en su entera totalidad, y lo que me sorprende es que se pueda sacar base para hablar de algo que casi no tiene patas para ser sujetado.
Excelente! Me encanto la forma en la que describe el tema, ya que expresa una perspectiva poco conocida o poco persuadida por el ser humano y las personas que recurren escucharla. Me gusta como crea otro sentido a un tema que vemos como "perdida de tiempo".
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